viernes, 17 de junio de 2011

Sentido Practico

No me gusta el cariz que están tomando los acontecimiento. La falta de una organización formal, esta terminando por provocar que mucha gente empiece a desmarcarse del Movimiento. La chispa de las movilizaciones la encendieron los jóvenes, estudiantes o desempleados, desencantados e indignados, que han sido, como en todo levantamiento, los "sans-culottes" necesarios en toda revolución. Pero el elemento que le dio mas fuerza, el factor inesperado que doto de consistencia al grupo, sorprendiendo a políticos y medios de comunicación, fue el apoyo de las clases medias economico-intelectuales. Es decir, los jubilados, amas de casa, empleados descontentos o solidarios, treintañeros, cuarentones. Es decir, el Movimiento se hizo con la simpatía de la mayoría de los ciudadanos que, de una manera u otra, se sintieron identificados con el. Sin esta participación, no nos engañemos, el tratamiento recibido por parte de algunos Medios de Comunicación y sobre todo, de las Fuerzas de Seguridad del Estado, hubiera sido muy diferente. Sin embargo, la violencia generada en las ultimas movilizaciones, esta haciendo mucho daño a los objetivos finales. La mayoría de los ciudadanos en una sociedad como la nuestra tiene como uno de sus principales objetivos el de vivir tranquilo y seguro, y por tanto, va a tender a rechazar cualquier violencia ajena al Estado que suponga la percepción de una perdida de dichos objetivos. El movimiento 15 M no es eso. No lo es? El problema es que el Movimiento 15 M no se ha organizado como tal, sino que no deja de ser un conjunto heterogéneo de ideas, practicas o utópicas, intereses, colectivos y personales, y maneras de ver la vida que en un momento dado empieza a resquebrajarse, precisamente por su propia naturaleza. En su origen ese carácter heterogéneo fue lo que le dio la mayor fuerza de impulso, y sobre todo doto de una mayor legitimidad a las acciones y peticiones. Ahora empiezan a aparecer los grupos mas radicales que quieren llevar a lo físico las reivindicaciones. Seguramente sean los mismos que montan las broncas en las celebraciones deportivas o siempre que hay algún acto en el que por la multitud, se puedan esconder y envalentonar. El gran problema es que ese conjunto de ciudadanos medios de los que hablo tiende a ver el todo y no analizar las partes. Y con ello se termina perdiendo la legitimidad. Y con ello la batalla estará perdida.
El gran problema del 15 M, sigo insistiendo, es la falta de estructura formal. Por mucho que un supuesto portavoz salga en la televisión leyendo un comunicado en el que el 15 M se desvincula de las acciones violentas, su legitimidad esta muy limitada. Porque, precisamente esa estructura de asambleas, abiertas, libres, etc., hace que en realidad sean individuos que no han sido elegidos por nadie y por tanto no representan realmente a nadie mas que a si mismos y al conjunto de personas que tienen a su alrededor como mucho.
Esto, además, es lo que estaban esperando determinadas fuerzas políticas, sociales, y de comunicación para lanzar un ataque sin tregua al movimiento y terminar de disolverlo, encontrándose en este caso legitimado ante los ciudadanos, por tratarse de una respuesta a lo que se percibe como un acto violento e ilegitimo.
Por tanto, es imprescindible el organizarse en una estructura formal, definida y sobre todo identificable por el conjunto de ciudadanos, que al fin y al cabo son los que importan. Ellos son los que en realidad tienen derecho sobre los asuntos que les incumben. Ellos, por encima de los partidos y las asambleas. No es posible que todos puedan participar de los debates y decisiones que se toman en las asambleas. Pero si que pueden refrendarlos si se les da el instrumento por el que llevar a cabo los objetivos.
Se trata de ser prácticos para sacar provecho del momento en favor de la ciudadanía, no de las personas concretas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario